Te vas a morir de hambre escribiendo.

Esto me dijo mi madre cuando a los 14 años le dije que quería estudiar literatura… o filosofía y letras… o lo que un escritor estudiaba para ser escritor.

Pero con esa frase mató mis ilusiones.

Así que cambié a Antropología… y lo mismo. “Te vas a morir de hambre”.

Luego, Egiptología… Música…

Parecía un concurso de miseria, según mi familia.

Me gustaban cosas que “no daban dinero”.

Así que pensé en estudiar algo más “heróico”.

Y a los 19 años ingresé a la universidad a estudiar Criminología y Criminalística.

Sería la Olivia Benson mexicana (si no te sabes de memoria la voz en off de La Ley y el Orden, fracasaste como ser humano).

Solo bastaron un par de años ejerciendo para que odiara por completo ese mundillo de poca ley y menos orden.

Y mientras eso pasaba, todo mi tiempo libre lo ocupaba en escribir historias y en publicarlas en algunas plataformas para aficionados.

Nunca ví eso como una carrera porque una habilidad como saber escribir, ¿quién la pagaría?

La respuesta llegó unos años después cuando en un acto de valentía, le mandé un mensaje a un SEO que buscaba redactores para sus páginas web.

Me hizo una prueba y para sorpresa de los dos (sí, también me incluyo en esto), me contrató de inmediato.

Luego, me recomendó con otra agencia, que necesitaba muchos más textos que el primer SEO.

Ahí entendí dos cosas:

a) Que haber estudiado criminología había resultado muy bueno para las ventas, ya que se trata de meterse a la mente del criminal… en este caso, del comprador. Entender de dónde vienen sus motivaciones e impulsos para comprar. Así que todos los años de estudio me dieron esta gran habilidad sin querer queriendo.

B) Que escribir me podía dar dinero, además de que por fin estaba haciendo algo que me gustaba. Que siempre me había gustado.

A partir de eso me hice experta en redacción SEO, escribiendo artículos de diferentes temáticas para diversos clientes.

Y lo mejor de todo ¡fue que empecé a ganar en dólares!

Sí, sí. El mundo se abrió para mí.

Entonces llegó algo mucho más emocionante: descubrí el copywriting por ahí del 2022.

Y me di cuenta de algo: haber pasado los últimos 12 años escribiendo historias de ficción, me habían dado una gran habilidad para dibujar en la mente de las personas, cosa de las que el copy se alimenta.

Así que empecé a aplicar el copy a mis propios proyectos (y para algunos clientes), a escribir páginas de venta y me lancé un clavado con giro triple al mundo del email marketing.

Y llegó algo mucho más espectacular: mi primera newsletter, que estuve escribiendo por casi dos años. Un correo diario, sin faltar ni un día. Ni en viernes Santo, ni en mi cumpleaños.

Por si no lo sabes las newsletter son la octava, novena y décima maravilla del mundo, juntas.

Son máquinas de ventas, de dinero.

Ahora es muy simple para mi decir que al escribir puedo generar negocio para alguien más… y para mí claro.

Además, recientemente lancé mi propia agencia, MaxClientes, para ayudar a los emprendedores a vender mucho para que sus negocios perduren en el tiempo.

Porque en el tema de los servicios el juego es muy simple, todo se trata de un ganar-ganar-ganar.

Gana tu cliente, ganas tú y gano yo.

(Las ventas son más democráticas que muchos países).

Así que es muy simple: tener buenos textos hará que nuevos clientes lleguen y que los que están, permanezcan.

Y si tienes una lista de correos, mejor.

Porque la recompra y la recurrencia son dos cosas que te darán mucho dinero si tienes una estrategia hecha con la cabeza y a una buena copywriter ejecutándola.

¿Y qué crees? Justo eso puedo hacer por ti.

Quitarte esa preocupación y ser tu apoyo en ese frente, para que tú puedas enfocarte al 100% en tu negocio, en darle un excelente servicio a tus clientes.

Si necesitas a una copywriter que te escriba textos que te hagan vender como un aguador en el desierto, rellena el siguiente formulario y vemos si es posible trabajar juntos.

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Si gusta, VENDE

Asi es, si algo gusta, vende. Y recibir montones de mensajes de las personas que han recibido mis emails ya es algo habitual en mi día a día. Aquí te muestro algunos.

mvzmanuelmonforte.com

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